martes, 2 de agosto de 2011

Edición n° 13 - Agosto 2011




Editorial - Primer Encuentro Literario "Con letras se vive" - página 3



Con el motivo de haber cumplido un año desde la primera edición, y al ver la cálida recepción y los posteriores comentarios de los lectores, más todos los trabajos que nos llegan a diario de escritores inéditos de la zona, y el apoyo de nuestros auspiciantes; hemos estado organizando un Encuentro Literario con el fin de que nos podamos reunir todos  y así poder conocernos. Generar cierto vínculo y realizar una presentación para que todos ustedes conozcan quiénes somos los que estamos detrás de este proyecto cultural.
La idea del Encuentro es comenzar con una presentación a cargo del director de la revista Jorge Ezequiel Rodríguez junto a Pablo Pratto (diseñador gráfico) y a Pablo Bianchi (colaborador y columnista de la sección “Historia”).  Allí iremos comentando todo el proceso desde aquel julio de 2010 hasta la fecha, las diferentes secciones con los distintos temas que hemos planteado, el por qué de la elección de tal o cual tapa y demás. También tendrá la palabra la señora Aida Flores, coordinadora de la Sociedad de Fomento “Santa Laura”, en representación de las instituciones solidarias, quien nos hablará sobre el trabajo que realizan en la fundación.
Luego se abrirá el micrófono, en una mesa de lectura, para aquellos que han ido publicando sus trabajos a lo largo de todas las ediciones, como así también los presentes que deseen leer algún trabajo de su autoría. Cada persona que tome el micrófono tendrá un tiempo de aproximadamente 5 minutos para leer.
El Encuentro se realizará el día viernes 23 de septiembre a las 18.30 hs. en la Biblioteca Municipal “Domingo F. Sarmiento”, ubicada en la calle Brown 763 - Morón, a dos cuadras de la estación de trenes.
La entrada es libre y gratuita y sólo pedimos, para aquellos que puedan, traer algún elemento para donación: alimento no perecedero, Ropa, Libros, Juguetes, etc. Todo lo recaudado será distribuido en los comedores que salen mensualmente en la sección SOLIDARIDAD.
Para aquellos que quieran formar parte de la mesa de lectura les pedimos que nos escriban a conletras_sevive@hotmail.com, de lo contrario vengan para participar de un amena tarde-noche cultural.
Les agradecemos a Walter Iannelli y a Alberto Ramponelli por darnos la posibilidad de realizar este Encuentro en la Biblioteca Municipal de Morón. Nuestra idea es poder repetir esto cada tres o cuatro meses e ir agregando diferentes ramas culturales que han sido planteadas a lo largo de todas las ediciones.
Los esperamos



Reflexión - Camino a las elecciones - página 4

Por Jorge Ezequiel Rodríguez


A unos días de las elecciones primarias y a poco más de dos meses de las elecciones nacionales, vale la pena preguntarse cuánto vale nuestro voto, qué ganamos, qué perdemos, y qué somos capaces de cambiar o de reafirmar con nuestro acto de elección.
Como primera idea nosotros recomendamos votar, con todo lo que eso implica, acercarse y ayudar a que la democracia continúe. Digo esto por todo lo que ha costado llegar al punto, tiempo actual, en que la democracia sea el sistema del presente y del futuro, con la proyección certera de que nadie en la actualidad podrá imaginar la vuelta de una dictadura militar. Entonces, hagamos valer ese derecho que nos brinda el presente, como derecho obtenido y en memoria de todos los que han perdido su vida, los que han luchado y todos los que todavía hoy sufren las pérdidas, para lograr lo que desde el año 1983 está acentuado para perdurar en el tiempo.
Ahora bien, ¿qué es lo que nos lleva a elegir un candidato, a tomar una boleta en el llamado “cuarto oscuro”? Pregunto… ¿nos impulsa un partido político tradicional, una ideología, un “voto castigo”, un proyecto, el pasado analizado, o un nombre propio?,  ¿qué pensamos antes de seleccionar nuestro voto?
Es sumamente extraño lo que sucede a la hora de ver cómo vota la gente. Desde mi lugar, hablando siempre de manera singular y sin formar parte de ningún partido político, digo que en muchos casos se vota para que pierda uno o el otro, el llamado “voto castigo”. En otros casos se vota al que va a ganar como para formar parte de ese triunfo, cuando en realidad, pregunto… ¿no ganamos o perdemos todos?
Luego pensemos… ¿se vota por ideología o por tradición: Partidismo?
Yo me volcaría más a la segunda, a pesar de que en estos últimos años se ha hablado bastante de ideologías. Pero para comprender si se elige o no por esta cuestión vale preguntarse: ¿alguien puede afirmar que el Peronismo está volcado hacia la izquierda, cuando ante este partido encontramos mandatarios neoliberales, o cuando ninguno de los candidatos Peronistas se pronuncia así?, ¿alguien puede asegurar que el Radicalismo es de derecha o de izquierda?, ¿alguien se pregunta si alguna vez gobernó, en nuestro país, un verdadero gobierno de izquierda?, ¿se puede llamar progresista al gobierno actual, o “centro” al gobierno de la cuidad?, ¿La derecha, más punzante o más liviana, con un cartel o con otro, no ha gobernado siempre en Argentina?, ¿no hemos penado, durante años y años, las crisis económicas y sociales por culpa gobiernos conservadores?  
Una pregunta más ¿qué significa ser “centro izquierda, o centro derecha”?; ¿Es promover políticas públicas pero continuar con negocios en el ámbito privado?; ¿es perdonar a los genocidas pero intentar, demagógicamente y sin ningún proyecto, acabar la pobreza?; ¿es, como se dijo siempre, apuntar con la izquierda y tomar con la derecha?
Esto nos lleva, nuevamente, a una complejidad puramente argentina. Otro ejemplo claro de las contradicciones ideológicas que se muestran, o el error al catapultar a tal como tal, tiene que ver con los sindicatos; en Argentina, ¿alguien podría asegurar los que sindicalistas son de izquierda, o podemos decir que son más conservadores que aquellos que lo reconocen?, ¿pelean para el trabajador o para su propio bolsillo?
Todas estas cuestiones tienen que ser analizadas a la hora de elegir un candidato. Reflexionar sobre uno u el otro, ojear sus pasados para saber de dónde viene y hacia dónde va, a dónde está hoy y tres días después en dónde quedó; con algo que no se nos puede escapar: los proyectos y las propuestas. Lo primero que hace un candidato político es decir qué va a hacer a la hora de subir al Poder. Con tanta demagogia, con tantas mentiras masticadas, con tanto engaño hacia nosotros, pregunto… ¿por qué siguen siempre los mismos, años tras años, desfilando por todos los partidos políticos posibles?, ¿esas mentiras vuelven a existir porque sí?, ¿nosotros no tenemos culpa de que pase eso?, ¿no sería un gran castigo no votarlos, no volver a caer en la misma trampa, cada vez más visible?
Hablando de las propuestas, pensemos, cuáles son representan: ¿Las que tienen que ver con nosotros mismos, las que acuden a un problema social importante en la que mucha gente sufre, en “políticas de estado” o en “borrón y cuenta nueva”? Pregunto: ¿qué pedimos como primordial a la hora de las soluciones:  la “inseguridad” o la pobreza; la desigualdad o la inflación; un plan de viviendas para aquellos que no las tienen o los arreglos de las calles; solucionar el problema de la gente en condición de calle o el pedido de más policías; educación pública o “no a los piquetes”; la salud gratuita o el respeto a las instituciones; la defensa a los pueblos originarios o convertirnos en  los aliados de las principales potencias mundiales?
A la hora de que un proyecto nos represente, ¿somos individualistas o plurales? Entonces… ¿votamos por ideología o con la mano en nuestros pantalones?, ¿votamos en voz del bipartidismo o no nos dejamos llevar por candidatos impuestos por medios de mayor difusión?, ¿leemos qué propuestas tienen los partidos pequeños, generalmente volcados hacia el socialismo y hacia la izquierda?; ¿pedimos un debate o nos dejamos engañar con cuestiones ajenas que nada tienen que ver con la política y las elecciones?. ¿Somos idóneos a la hora de votar?
Ahora bien, ¿somos libres mediante la democracia actual?, ¿somos libres con este derecho? ¿Los gobernantes actuales proponen y realizan según sus convicciones o son la vidriera del Poder Económico? ¿Somos libres cuando votamos a candidatos impuestos por ese mismo Poder? ¿Podemos pensar en un verdadero cambio mediante nuestro voto? ¿nos acercaremos a ese país soñado donde todos tengamos las mismas posibilidades; o caemos en la misma trampa de elegir al “menos malo”?
Sin duda alguna, luego de haber reflexionado con todas estas preguntas, digo que vayamos a votar, pero antes pensemos, leamos, escuchemos, hablemos y saquemos nuestras propias conclusiones; que no nos gane el facilismo de elegir a aquellos a los que nos imponen, no seamos tontos a la hora de hacer valer nuestro derecho. Mediante este derecho, mediante nuestra elección, el sistema se podrá limpiar de a poco. Nosotros somos capaces de hacerlo, pero mientras nos impulse el individualismo, el sistema seguirá sonriendo.


El silencio de las sirenas - Franz Kafka -   página 7


Prueba de que también medios insuficientes y hasta pueriles pueden servir para la salvación:
Para guardarse de las sirenas, Ulises se tapó los oídos con cerca y se hizo encadenar al mástil. Algo semejante podrían, naturalmente, haber hecho desde tiempo antiguo los viajeros, con excepción de aquellos a quienes las sirenas atraían desde lejos, pero en el mundo entero se reconocía que ese recurso no podía servir de nada. El canto de las sirenas lo traspasaba todo, y la pasión de los seducidos habría hecho saltar prisiones más fuertes que mástiles y cadenas. Pero Ulises no pensó en ello, si bien quizás algo había llegado ya a sus oídos. Confiaba por completo en los trocitos de cera y en la atadura de las cadenas, y con la inocente alegría que le ocasionaba su estratagema marchó al encuentro de las sirenas.
Pero éstas tienen un arma más terrible aún que el canto: su silencio. Aunque no ha sucedido, es quizás imaginable la posibilidad de que alguien se haya salvado de su canto, pero de su silencio ciertamente no. Ningún poder terreno puede resistir a la soberbia arrolladora generada por el sentimiento de haberlas vencido con las propias fuerzas.
Y, en efecto, al llegar Ulises, no cantaron las cantantes poderosas; fuera porque creyesen que a aquel adversario sólo podía vencérselo con el silencio, o porque la contemplación de la felicidad reflejada en el rostro de Ulises, que no pensaba sino en cera y cadenas, les hiciera olvidar todo canto.
Pero Ulises, para expresarlo así, no oía su silencio, creía que cantaban y que sólo él se hallaba exento de oírlas. Fugazmente vio primero las curvas de los cuellos, la respiración profunda, los ojos arrasados en lágrimas, los labios entreabiertos, pero creyó que esto pertenecía a las melodías que se alzaban, inaudibles, en torno de él. Mas pronto todo se deslizó fuera del campo de sus miradas puestas en la lejanía, las sirenas desaparecieron ante su resolución, y, precisamente cuando más próximo estaba, ya no supo de esos seres nada más.
Ellas, empero –más hermosas que nunca- , se erguían y contoneaban, las chorreantes cabelleras ondeando libremente al viento y las garras abiertas sobre las rocas. No querían ya seducir, sino sólo apresar, mientras fuese posible, al fulgor de los grandes ojos de Ulises.
De haber tenido conciencia, las sirenas habrían sido destruidas aquel día. Pero allí quedaron, y sólo ocurrió que Ulises escapó de entre sus manos.
Aquí, por lo demás, se ha transmitido un agregado. Se dice que Ulises era tan rico en astucias, y tan zorruno, que las mismas deidades del destino no podían penetrar en lo más mínimo de su fuero interno. Aunque ello no sea concebible para el entendimiento humano, quizá notó realmente que las sirenas callaron, y opuso a sirenas y dioses, en cierta manera de escudo, el simulacro mencionado más arriba.


Espacio al lector y al escritor - página 8, 9, 10 y 11


Desde el costado

Se corre hacia un costado, lo mira de soslayo y se sienta. El pasto húmedo apenas lo moja pero a él poco parece importarle. Está ubicado cerca del lugar protagónico, sin molestar, como un espectador silencioso que sólo intenta comprender lo que ve.
Esa persona, aquel que éste mira atento, toma la pelota y la pone en el suelo.
Gutiérrez acomoda el balón. Faltan quince minutos y la chance la tiene él. La gente grita: Gutieeeerrez, Gutieeeeerez, Gutieeeeerrez.
Se para por un momento, asustado por los gritos. Abre los ojos, aprieta los dientes y mueve la cabeza de un lado a otro. Mira la pelota y siente la necesidad de correr esos poquitos metros para ir a buscarla y jugar con ella. Sentir ese protagonismo que nunca tuvo y que por una u otra cosa, el encuentro de su felicidad parece ser siempre interrumpido por la necesidad de otros. Los ojos se le ponen vidriosos y un recuerdo no tan lejano se adueña de sus pensamientos. Abre la boca, bosteza y vuelve a sentarse. Se acomoda en el pasto húmedo y un escalofrío le hace remover todo el cuerpo.
Gutiérrez levanta los brazos en agradecimiento a la gente que grita más que nunca cuando mira el gesto de él. La cancha estalla y Gutiérrez empieza la carrera final. Patea… dos metros hacia arriba del travesaño.
Los movimientos del ambiente parecen ser silenciados por la predisposición de los presentes que sólo acuden al sonido de una voz y de ese único momento donde el desenlace, a él, le suena conocido.
Con la diez en la espalda, toma el balón y tira un caño, la pisa hacia la izquierda y pasa a dos jugadores en una sola baldosa. Se frena, pone la mano derecha en la cintura y larga un pase fenomenal que deja solo a nueve. Lázaro la recibe, encara… y el arquero se queda con el balón. Quedan sólo ocho minutos y el partido sigue cero a cero.
Como de costumbre, pierde por unos segundos la concentración del escenario visible, y su vista sigue a una mosca que vuela en círculos a su alrededor. La mira desafiante, con bronca, atendiendo al impulso que lo lleva a levantarse e ir tras ella, pero continua sentado, calculando todo. La mosca sigue con su vuelo predeterminado que, piensa él, lo realiza con la intención de incomodarlo, sabiendo, ella, que jamás podrá agarrarla. La mosca vuela lejos cuando él se para e intenta matarla. Un grito lo hace mirar de nuevo a la pelota y vuelve a retomar la realidad de lo que sus ojos ven. No comprende realmente qué es lo que escucha pero todo ese escenario, ese lugar, esa acción, la conoce, la conoce casi de memoria.
Cinco minutos finales, la gente estalla en las tribunas. El alambrado se mueve de un lado a otro. Los hinchas cantan como nunca y los jugadores no escuchan ni siquiera el silbato del árbitro. El partido está trabado, River espera atrás, con nueve jugares cerca del área. Cero a cero y Boca que va con todo en busca de triunfo. Gutierreeeez, Gutierreeeeez, Gutierreeeeez, gritan los hinchas que esperan el milagro de su número diez.
Atrapado por los gritos, concentrado en la pelota que se mueve apenas de un lado a otro en el mismo lugar, mojado sin darse cuenta, esperando atento el grito que lo haga volver a ese rincón indeseable, comprendiendo al fin la necesidad de jugar, de sentir la calidez del momento elegido; se queda sentado. Baja la cabeza, mira al suelo y un nuevo grito atrapa su atención.
Última jugada del partido, quedan sólo segundos para que se termine. Gutiérrez lanza un pase que deja solo a Juan y…. ¡penal! El referí pita… ¡penal! Penal para Boca cuando ya está el tiempo cumplido. Las miradas apuntan a Gutiérrez que toma la pelota con las manos mostrando que él lo va a patear. Patea y termina. La gente de Boca grita.
Ya no pudo quedarse sentado. Los gritos hicieron que hasta él se pusiera nervioso. Intentando no ser visto, se fue acercando a pasos lentos hacia la mejor ubicación. Se paró allí, se agachó en pose de ataque y la mosca volvió a volar en círculos a su alrededor. La miró pero enseguida volvió a mirar la pelota; era lo único en lo que estaba atento, esperando que se moviera y allí, poder cumplir su deseo.
Gutiérrez mira fijo el arco. El arquero, nervioso, se mueve de derecha a izquierda para molestar la concentración del él. Pero Gutiérrez no le da importancia, sólo mira la red.
Pitazo del árbitro y Gutiérrez corre. Patea…
Cuando la pelota se movió, instantáneamente corrió tras ella. La velocidad con la que venía la pelota hizo que no pudiera controlarla. Le pegó en la espalda y salió disparada hacia la maseta, que cayó y se rompió en mil pedazos. 
“Julián dejá de joder y vení a hacer la tarea”.
Paró las orejas y enseguida las bajó. Sin esperar algún reproche hacia él, se dio vuelta y caminó lentamente hacia el rincón, hacia ese lugar que lo esperaba cada vez que el impulso se adueñaba de su mente.

Jorge Ezequiel Rodríguez


Al mundo le falta un tornillo


Una mañana, que pudo haber sido de lunes, los muchachos del Sindicato entraron al taller y lo encontraron al Tano estudiando un enorme motor que colgaba de una polea. El Tano los vio venir, pero no los miró. Un tango grasoso se caía de esa eterna radio hecha pedazos, parapetada estratégicamente desde hacía décadas sobre aquel estante que era como una suerte de altar para el viejo. Yo, parado como un soldado a su lado, en silencio, esperaba que me devolviese el mate.
-¿Cómo anda don Santos?-El Tano saludó con la cabeza sin retirar la vista del motor y me devolvió el mate- Mire, venimos a verlo porque se está por armar una muy grosa. Parece que estos hijos de puta no quieren pagar el aumento que dio el gobierno, y si es así, ¡se va a pudrir bien el rancho!
-Lo van a pagar. ¡¡Rulo, la catorce!! -Me gritó el Tano. Yo le acerqué la llave, un mate y me paré (como quien no quiere la cosa) a orejear  la conversación.
-¿Y por qué está tan seguro?
-Porque cada vez que el gobierno dio un aumento lo pagaron. De mala gana, pero lo pagaron.
-Si, pero se está corriendo una bolilla importante de que esta vez no lo quieren pagar. ¿Me interpreta? Nosotros queríamos saber si contamos con su apoyo si llega a haber quilombo. Porque créame, no vamos a permitir que le metan la mano en el bolsillo a nadie.  - El Tano tomó la llave y se puso a ajustar algo- No tenga miedo don Santos que nosotros nunca lo vamos a dejar tirado. ¡Me extraña compañero!
-No, yo no tengo miedo. ¡Tengo años pibe! Y los años me dicen que ustedes están acá porque la semana que viene son las votaciones, y vos estás vendiendo humo para hacer un poco de ruido, y si no era por el aumento va a ser por otra cosa, pero ustedes iban a hacer un poco de bochinche a como de lugar. Y está bien, yo con ustedes no me meto, pero a otro perro con ese hueso.
El Tano hizo una pausa, y en ese instante el silencio pedía a gritos que lo maten. Los flacos del Sindicato, con la mandíbula por el piso. Yo quería que me tragase la tierra, y cuando uno de los muchachos trató de tirar un manotazo de ahogado, el Tano lo barajó al vuelo y le dio la estocada final.
-Mirá, yo tengo casi sesenta pirulos, de los cuales hace treinta que laburo en esta empresa, ¿sabés? Cuando vos entrás al bar, yo ya estoy en curda. ¡Así que hacete un favor y tomate el buque! Andá a engrupir a otro.
 Vení pibe.- Me dijo el viejo, dando por finalizada la reunión- Ves este motor. Bueno, ya no va más. Está fundido. Hay que hacerlo todo de nuevo. Podríamos cambiarle la junta, por ejemplo, pero eso sería sólo un parche; y en menos de un mes lo tendríamos de nuevo acá. Aquí, lo que hace falta es una reparación total, es decir, con algunas de estas piezas, y otras nuevas,  armar un nuevo motor. Hay que empezar todo de cero, desde el principio, si queremos que la cosa funcione.-Para estas alturas, los sindicalistas, ya habían hecho mutis por el foro.- ¿preguntas? (preguntó). 
-Sí. ¿Hasta cuándo piensa seguir usted con esa actitud?
-Hasta que el motor funcione como debe funcionar.
- A veces hay que agachar la cabeza para parar la olla don Santos. ¡Fue usted quien me dijo eso!
-Haz lo que yo digo…
 El viejo se acercó hasta su altar, subió el volumen de la radio y se cebó un mate. Ahí se quedó acariciándose el alma con un tango de Discépolo, que parecía haber venido a darle la razón.
Esa fue la última vez que lo vi. Luego supe, que aquella  misma tarde le habían mandado el telegrama de despido. Los compañeros del Sindicato fueron reelegidos y yo pasé a ser el nuevo capataz. Después de varios lustros el dial de aquella radio roñosa cambió de frecuencia. Me pusieron un buen aprendiz, ceba mate y finge interés.  Cada tanto, el viejo motor cuelga de una polea en nuestro taller. Nosotros le cambiamos algún bulón y lo sacamos a la cancha. Pero ya sin convicción.

Sergio Alvarez



La hama del medio

Es como cuando el poeta relega la ofrenda que viene del viento de madrugada, horas en que se le ocurren (mientras todos duermen menos nosotros) dibujos…
Briznas para hacernos dar cuenta, que todo aquello es melopea de oropel para branquias inmóviles con ansia de levantarse, aun de levantarse.

Unísonos martillos en puñados de horarios,
dijo musitando cosas que ya sé,
pero me agradan cuando vienen de ella.

Cuándo volar cielo de la impaciencia,
Buscándonos imbéciles, buscándonos
yo tan disoluto tu tan dispersa,
inocentes, buscándonos.

Después los martillos roncando pentagrama obstinado,
los horarios, único lenguaje
y todo eso que nada tiene que ver con nosotros
(mientras todos duermen menos nosotros).

Trata de comprender:
mis llanuras de agua se detienen en las plazas vacías
cuando el caballo relincha del carrousell
cuando la sortija tirita excitada
cuando columpios que suben y bajan con enanos de arena
y no paran, juro que paran de invitarnos a los dos por igual.

La diferencia que yo más lejos de vos
en tu banco de ocre piedra, mirándola
e igual pero más cerca, la hamaca del medio
por su cuenta elevándose
en ofrenda a las otras que más abajo, mecía la Muerte.

Chelo Marcial.



Historia - Los sectores populares en la Revolución de  Mayo - página 12

Por Julian Finamore



Si queremos estudiar el accionar de los sectores populares de Buenos Aires durante la época de la Revolución de Mayo, debemos tener en cuenta que las clases subalternas al poder son actores “invisibles” para nuestra historiografía tradicional; ello quizás responde a la dificultad que genera el análisis de grupos sociales que no han dejado registros propios (específicamente porque la gran masa plebeya era analfabeta). Entonces, con carencia de fuentes documentales, el trabajo del investigador se complica mucho más de lo habitual. De todos modos, debemos destacar que en los últimos años ha surgido una determinada línea de producción historiográfica que realizó muy buenas investigaciones sobre el rol de los grupos sociales subalternos en Buenos Aires durante el proceso revolucionario de la lucha por la independencia a lo largo de la década de 1810.
Por todo lo expresado hasta aquí, se puede comprender que si hablamos de una historia de los sectores populares, en verdad hay que aclarar que los datos que los documentos históricos presentan son desde una perspectiva sesgada y parcial, ya que aquellos que nos han dejado esas fuentes son los miembros de la elite (es decir, los únicos que sabían leer y escribir).
Frente a este inconveniente planteado, es oportuno preguntarse ¿Cuál era la relación entre la elite porteña y los grupos sociales subordinados? ¿Cuáles eran los canales de contacto existentes entre los grupos dominantes y los plebeyos? Sin duda que la Revolución de Mayo trajo aparejada grandes innovaciones, pero ¿Hasta qué punto cambió la situación de los sectores populares?
Estos cuestionamientos nos llevan a buscar respuestas en un universo social demasiado amplio, generando una tarea ardua y complicada. Pero, de todas maneras lo intentaremos.
Primero, debemos decir que la relación entre la elite y los sectores subordinados era tensa, a pesar de eso  ambos grupos tuvieron que convivir sin grandes divisiones internas, ya que una lucha social entre castas (como se dio en México y en otras partes de Hispanoamérica) era muy perjudicial para los dos sectores, en un contexto de guerra contra un enemigo común (es decir, los españoles). En estas circunstancias, “la chusma” y “la gente decente”  compartieron un objetivo y lograron superar las diferencias entre sí, pudieron ponerse de acuerdo. Por ende, la sociedad criolla revolucionaria vivió durante los años de lucha por la emancipación del yugo español en un clima de tensa armonía, donde los conflictos sociales estuvieron siempre latentes. Sin embargo, el odio al peninsular prevalecía sobre las diferencias existentes entre los propios sectores criollos; y el grupo revolucionario dirigente supo canalizar muy bien dicha situación. A pesar del contexto social descripto, la elite insurrecta necesitaba del apoyo popular para poder legitimar su lucha frente al monarca.
Los dirigentes, acuden a los grupos subalternos para obtener la legitimidad que otorga el consenso popular. Aunque dirigentes y dirigidos son opuestos, se necesitan unos a otros para que en un ambiente de tensa armonía social se imponga una “verdad” aceptada.
La violencia, no es necesaria, porque el consenso impone los roles. Algunos dirán que por temor, otros por alienación (que se configura a través de lazos de dominación simbólica); pero realmente se acepta que hay grupos que deben subordinarse, asumiendo la obediencia frente a quienes mandan.
Ahora es momento de mencionar los canales de contacto existentes entre los grupos dominantes y los plebeyos, y tenemos que decir que en una situación de guerra como la que se vivía, en las milicias que se forman masivamente a partir del año 1806 (luego de las primeras invasiones inglesas) se encuentran miembros de la elite como líderes de regimientos en los cuales se reclutan en gran cantidad hombres pertenecientes a los sectores sociales populares.
También es muy importante el contacto que se establece en los festejos luego del triunfo en alguna batalla, o en las fechas de aniversarios de la Revolución de Mayo; allí el gobierno criollo buscará utilizar las festividades para lograr imponer su dominación sobre los sectores plebeyos. Las fiestas generaron una cooptación masiva por parte de la elite que llevó adelante la revolución, y se aseguró de este modo la adhesión popular a la causa rebelde. Estos festejos eran la vía de comunicación más fluida entre los políticos y el pueblo; las ceremonias cívicas representaban mucho más que un simple acto masivo, eran una legitimación del nuevo poder vigente; armonizaban a la sociedad, le daban un valor utópico a la revolución, permitían al pueblo soñar con un futuro dichoso.
Es importante destacar que en muchos aspectos, el cambio que representó para los sujetos que intervinieron (directa o indirectamente) en la Revolución de Mayo fue inmenso, marcó el pasaje a la modernidad, y con ello el fin de una etapa y el comienzo de otra muy distinta en la cual la fiesta cívica cumplió un rol fundamental para imponer las nuevas ideas.
La movilización política plebeya requería de un cuidado y un control muy fuerte por parte de los nuevos grupos dirigentes (por tal motivo se comprende la conducción de la elite revolucionaria en la organización de los festejos conmemorativos de Mayo).
La concurrencia de los grupos populares en apoyo de la revolución respondió a intereses políticos tanto para los “de abajo” como para los “de arriba”. Sin embargo, en las fiestas de Mayo, el entusiasmo fue decayendo poco a poco, y además, la escasez de fondos para solventar los gastos festivos aumentó la pérdida de la antigua vehemencia manifestada.
Pero con el transcurrir de los años, hacia 1814, el poder español logró recuperar su capacidad militar y se lanzó reanimado a restablecer el orden colonial en América. Con esta coyuntura delimitando el espacio de acción de la revolución rioplatense, el gobierno criollo no tenía otra alternativa que profundizar su insurrección respecto al monarca.
Por tal motivos se puede entender por qué finalmente, con la declaración de la independencia en al año 1816, el gobierno de Pueyrredón (vigilado muy de cerca por la elitista junta de observación) pudo cumplir con los deseos de la clase dominante, al lograr que la emancipación sea la concreción de la tan anhelada libertad para unos pocos y la continuidad de la dominación para la gran mayoría plebeya, por tal motivo, esta revolución política lograda, no alteró el orden social; y la tensa relación entre la elite dirigente y la plebe, no tardaría en romperse.                



Nota de tapa - ...Y un día nos robaron a Federico - página 14

Por Jorge Ezequiel Rodríguez

En medio de una España sacudida por la Guerra Civil, en donde, como suele suceder, los intelectuales parecieran ser, para el Poder, una amenaza, Federico García Lorca descansaba en la ciudad de Granada, en la casa de uno de sus amigos, José Rosales. A pesar de haber tenido ofrecimientos de exilio en Colombia y México, él rechazó las ofertas y se dirigió a Granada para pasar el verano. Allí mismo, el 16 de agosto fue capturado por Ramón Ruiz Alonso, quien había recibido la orden del gobernador civil de Granada, José Valdés Guzmán. A pesar de las promesas de Valdés hacia Rosales de liberarlo, sabiendo además la repercusión internacional que este hecho traería, Federico fue ejecutado en la madrugada del 18 de agosto de 1936, junto a un maestro, Dióscoro Galindo y otros dos hombres, Francisco Galadí y Joaquín Arcollas.
Por más que se investigue no existen causas concretas del pedido de ejecución hacia el gran poeta, pero sí suposiciones que no nos sorprenden en absoluto cuando repasamos un poco en la historia a los grandes dictadores del mundo. Federico, además de ser una amenaza por pensar y trasmitir sensaciones, sentimientos y vivencias en el papel; un ejemplo claro fue una afirmación de Ruiz Alonso en referencia a Lorca: “Ha hecho más daño con su pluma que otros con sus pistolas”; estaba en la mira por ser abiertamente homosexual y por estar a favor de la República y del Frente Popular. Esto fue conocido por algunas declaraciones del poeta y por las relaciones que tenía con gente de izquierda, algo que irritaba a las autoridades.
El cuerpo de Federico descansa en una fosa común, que todavía no se sabe con precisión cuál es.
Como hemos mencionado en más de una ocasión, cuando un Poder dictatorial muestra sus garras más sangrientas, los primeros apuntados son los escritores, poetas, músicos, artistas y pensadores, considerados un gran peligro para sus objetivos. Con gran pena, nosotros podemos dar muchísimos ejemplos en nuestro país. Pero dada la ignorancia visible que se manifiesta en hechos como éste, nos dan claras cuentas de que pensaron, piensan y lamentablemente pensarán que matando a los hombres se matan las ideas, cuando en realidad las ideas nunca mueren  sino que lo único que hacen es que se potencie aún más ese espíritu de sana rebeldía que nos conduce a diario.
Federico García Lorca ha sido uno de los más grandes poetas de la historia, en donde su poesía en versos y su prosa se manifiestan en metáforas puras que van desde lo real a lo imaginario, con obsesiones en sus escritos: el amor y el deseo. Su poesía está en la cima de la Generación del 27, que reúne grandes autores: Rafael Alberti, Jorge Guillén, Dámaso Alonso, Gerardo Diego, Pedro Salinas, Vicente Aleixandre, Luis Cernuda,  Emilio Prados y Manuel Altolaguirre.
Podemos decir que la obra lorquiana se puede medir entre la Época de Juventud y de Plenitud. En la primera aparecen libros como: Impresiones y paisajes, Libros de poemas, y otros. En la segunda, Poemas del cante jondo, Primeras canciones, Romancero gitano, y otros más. Hasta llegar al mejor libro, a mi gusto, de Lorca que es Poeta en Nueva York; que describe las experiencias de su viaje a EEUU donde vivió un año. Con un lenguaje surrealista muestra en este gran libro tres obsesiones claras: el negro, el judío y la guerra. Un libro que reúne grandes poemas como: La iglesia abandonada, Norma y paraíso de los negros, Ciudad sin sueño, Nocturno al hueco, y otros tantos.
En ese viaje  fue impulsado a escribir y a pensar críticamente por el repudio a un capitalismo crudo que allí podía ver de un modo más claro, donde muestra sus inquietudes entendibles sobre lo vivido. Luego podemos encontrar otros libros clásicos del autor, pero su obra sin duda se termina con Seis poemas gallegos y Sonetos de amor oscuro.
Desde aquí, como le hemos dicho siempre, no existe mejor manera de homenajear a un escritor, en este caso a uno de los mejores poetas de la historia, que leerlo. Por lo tanto lean a este denominado “Poeta Maldito” y sientan todas aquellas sensaciones que nos hace sentir con su pluma; mucho más fuertes, más atrapantes, más inspiradoras, que los que pensaron los asesinos ignorantes y bastardos que nos robaron a Federico. Nos han robado su alma, también su cuerpo, pero no sus libros, no sus mensajes, no sus sentimientos. Ellos están al alcance de todos, es cuestión de sentarse y conocer cada día un poco más a nuestro querido hermano español Federico García Lorca.
Algún día, esperemos pronto, se puedan dar cuenta que no existe amenaza alguna cuando una persona sólo desprende amor, sólo canaliza sentimientos en un acto puramente creativo. Alguna vez, esperemos pronto, podamos mantener vivos a estos grandes pensadores de la historia, que no han inspirado desde aquel primer día, en el que quizás sin darnos cuenta, los conocimos. Alguna vez, esperemos pronto, Federico vuelva a escribir, vuelva a elevarnos a ese mundo mágico de la poesía, en medio de una nube, entre montañas en el cielo, junto a otros grandes a los que nos han robado. Espero que Federico nuevamente nos haga comprender que la vida es mucho más de lo que nuestros ojos ven, de lo que sus ojos vieron; pero de lo que estos ladrones de almas… jamás podrán ver.



Aniversarios - página 18


Día de la Pachamama – 1 de agosto
Isabel Allende (escritora chilena)  nació el 2 de agosto de 1942
Pérez Celis  (prestigioso artista plástico argentino)  15 de enero de 1939 – 2 de agosto de 2008
Eduardo Gutiérrez (escritor argentino) 15 de julio de 1851 – 2 de agosto de 1889
Raymond Carver (escritor estadounidense) 25 de mayo de 1938 – 2 de agosto de 1988
Colette  (novelista francesa)  28 de enero de 1873 – 3 de agosto de 1954
Joseph Conrad  (novelista polaco)  3 de diciembre de 1857 – 3 de agosto de 1924
Alexander Solzhenitsyn (escritor rusa. Premio Nobel de Literatura en el año 1970) 11 de diciembre de 1918 – 3 de agosto de 2008
Jorge Debravo (poeta costarricense) 31 de enero de 1938 – 4 de agosto de 1967
Norah Lange (escritora argentina) 23 de octubre de 1905 – 4 de agosto de 1972
Friedrich Engels (filósofo y revolucionario alemán)   28 de noviembre de 1820 -  5 de agosto de 1895
Alberto Vacarezza (letrista de tango y poeta argentino) 1 de abril de 1886 – 6 de agosto de 1959
Rabindranath Tagore (poeta y novelista bengalí. Premio Nobel de Literatura en 1913)  7 de mayo de 1861 -  7 de agosto de 1941
Alexander Blok (poeta ruso) 16 de noviembre de 1880 – 7 de agosto de 1921
Rosario Castellanos (escritora mexicana) 25 de mayo de 1925 – 7 de agosto de 1974
Día Internacional de las Poblaciones Indígenas – 9 de agosto
Hermann Hesse (escritor y pintor alemán, considerado suizo. Premio Nobel de Literatura en 1946) 2 de julio de 1877 – 9 de agosto de 1962
Mahmud Darwish (poeta palestino) 13 de marzo de 1941 – 9 de agosto de 2008
Gustavo Cerati (músico argentino) nació el 11 de agosto de 1959
Eugenio María de Hostos (escritor puertorriqueño) 11 de enero de 1839 – 11 de agosto de 1903
Día de la reconquista de Buenos Aires – 12 de agosto
Día internacional de la juventud – 12 de agosto
William Blake (poeta inglés) 28 de noviembre de 1757 – 12 de agosto de 1827
Julián Aguirre (compositor argentino) 28 de enero de 1868 – 13 de agosto de 1924
Fidel Castro (revolucionario cubano) nació el 13 de agosto de 1926
H.G. Wells (escritor británico) 21 de septiembre de 1866 – 13 de agosto de 1946
Raúl González Tuñón (poeta argentino) 29 de marzo de 1905 – 14 de agosto de 1974
Día del niño – 14 de agosto
Elias Canetti  (escritor búlgaro. Premio Nobel de Literatura en 1981)  25 de julio de 1905 – 14 de agosto de 1994
Czeslaw Milosz (escritor polaco. Premio Nobel de Literatura en 1980) 30 de junio de 1911 – 14 de agosto de 2004
Elvis Presley  (músico estadounidense)  8 de enero de 1935 – 16 de agosto de 1977
José de San Martín (militar argentino. “El Libertador”, “El Padre de la Patria”)  25 de febrero de 1778 -  17 de agosto de 1850
Federico GarcÍa Lorca (poeta, dramaturgo y prosista español) 5 de junio de 1898 - 18 de agosto
Masacre de Trelew – 22 de agosto de 1972
Día Mundial de Folklore – 22 de agosto
Andrés Calamaro (músico argentino) nació el 22 de agosto de 1961
Día Internacional del Recuerdo de la Trata de Esclavos y de su Abolición – 23 de agosto
William Wallace (patriota escocés) 1270 – 23 de agosto de 1305
Paulo Coelho  (novelista brasileño)  nació el 24 de agosto de 1947
Friedrich Nietzsche (filósofo, poeta y músico alemán)  15 de octubre de 1844 - 25 de agosto de 1900
Truman Capote (periodista y escritor estadounidense) 30 de septiembre de 1924 – 25 de agosto de 1984
Cesare Pavese (escritor italiano)  9 de septiembre de 1908 - 27 de agosto 1950
Roberto “Polaco” Goyeneche (destacado cantor de tango argentino)  29 de enero de 1926 -  27 de agosto de 1994
Isidoro Blaisten (escritor argentino)  12 de enero de 1933 – 28 de agosto de 2004
Henri Barbusse (escritor francés) 17 de mayo de 1873 – 30 de agosto de 1935
Naguib Mahfuz (escritor egipcio. Premio Nobel de Literatura en 1988) 11 de diciembre de 1911 – 30 de agosto de 2006
Dia de la internacional de la solidaridad:  31 de agosto
Marina Tsvetáieva (poetisa rusa) 26 de septiembre de 1894 – 31 de agosto de 1941
Eladia Blázquez (cantante y compositora argentina) 24 de febrero de 1931 – 31 de agosto de 2005
Georges Braque  (pintor y escultor francés)  13 de mayo de 1882 – 31 de agosto de 1963



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