domingo, 13 de marzo de 2011

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Edición nº 7 -  Enero 2011







Reflexión:  Discriminación, la gran miseria humana

Luego de lo ocurrido semanas atrás, con la toma de terrenos públicos, se abrieron las puertas de debate, con diferentes tipos de opiniones, sobre un tema puntual y que pareciera, penosamente, no tener punto final: la discriminación.
Como suele suceder bastante seguido con un tema social de esta magnitud, las ideas comenzaron a mostrarse mediante personajes televisivos que se jactan de ser mensajeros de la “gente”. Tomando el cargo que se imponen a sí mismos, opinan despectivamente cubriéndose con la excusa (cada vez menos creíble) de ser la voz del pueblo. A partir de esta situación, con la impotencia que me genera lo absurdo de los comentarios y el inevitable eco que esto produce en muchas personas, este mes planteo una reflexión referida a esa gran miseria humana que se llama discriminación. Dado que, con este conflicto, también salió a la luz desde un lugar supuestamente oculto para gran parte de los medios, la problemática de una clase social que, silenciada, es prisionera de su propia condición. Pero a la vez es cautiva de las necesidades políticas o periodísticas del momento, utilizada como parte de un método tan barato como es la demagogia. Así también, en vez de hablar con seriedad sobre este asunto; personas excluidas del sistema que de una u otra manera van intentando, sin poder quitarse el zapato de la cabeza, buscar una alternativa que les permita tener aunque sea una mínima oportunidad; se habló, casi como el tema central de la cuestión, del desprecio que muchos mantienen sobre los inmigrantes en Argentina. Perdón, no con todos los extranjeros que viven aquí, obviamente no se habló ni de españoles, alemanes, italianos, ni brasileños. Se planteó la idea repleta de una ignorancia para nada casual, sobre los modos de vida de los residentes bolivianos, paraguayos y peruanos, intentando imponer para demostrar que están vinculados a organizaciones delictivas, de narcotráfico, de venta de armas, de mafias internas en villas (como hemos oído en boca de un funcionario de un cargo muy importante del Gobierno de la Cuidad de Buenos Aires) Pregunto… ¿si no habría extranjeros en Argentina, se terminaría con el narcotráfico, con los robos, con la prostitución? Por favor…
Claro está, que esa xenofobia visible de señalar con el dedo generalizando, muestra como se quiere tapar una problemática que pareciera no tener solución apropósito: la pobreza y la miseria.
 El tema de la discriminación tiene una gran complejidad y poco entendimiento. Sin lugar a dudas, muestra la parte más oscura y siniestra del ser humano. Esto se manifiesta claramente con diferentes tipos de acciones despectivas sobre el “otro” al que llaman diferente: color de piel, clase social, religión, nacionalidad, condición sexual, capacidad, condición física, etc.
Al intentar entender esta problemática para luego poder realizar un análisis más profundo, llego a la idea (siempre hablando singularmente, de lo que mi modesto pensar sugiere) de que esa acción de correr al otro hacia un lugar ajeno, en el cual el que discrimina no quiere pertenecer, se hace con la excusa de no meterse, de no involucrarse, de no ayudar y a la vez de no sentir culpa. Para ser más claro, escucho a diario que los habitantes de una villa miseria viven allí porque quieren, los pobres son pobres porque es así y punto, los inmigrantes al igual que los denominados “villeros” son delincuentes, vagos, borrachos y demás cosas que prefiero obviar. Con esta catalogación justifican el problema y el no meterse solidariamente les permite dormir tranquilos, ya que para ellos no son víctimas sino culpables. En consecuencia, la inexistencia de proyectos de verdadera inclusión social, de la erradicación de la pobreza que se viene pidiendo hace más de un siglo, no tiene repercusión social ni jamás he visto una marcha en Argentina en voz de “erradicar la pobreza”, pero sí con pancartas pidiendo pena de muerte y mano dura. ¿No será que es un momento donde deberíamos pensar más allá de nosotros y no responder solamente cuando el dedo nos molesta atrás? Pregunto…
A pesar de que ningún tipo de acción discriminatoria se puede comprender y sólo nos lleva a una visión de futuro para nada esperanzadora, con el tema del “color de piel”, puedo decir que no ha cambiado en nada el eje de la cuestión. Lógicamente hubo un avance, que desde este tiempo vemos como algo lógico, pero que en ese momento, por ejemplo con la “abolición a la esclavitud”, hubieron manifestaciones opositoras y tuvo que pasar un tiempo para que la gente comprenda que lo que pasaba era una verdadera locura. Pero las personas de tez negra continúan sufriendo comentarios racistas. Es más, se ha llegado al punto de que palabras despectivas fueron introduciéndose en nuestro vocabulario y pasan a ser, hoy en día, inconscientes al nombrarlas. Aunque pareciera tornarse un tema común… pregunto para que comprendan lo que intento decir:
¿Por qué se llama negro a alguien que no es de ese color de piel? ¿Qué significa ser “negro”? Realmente no lo entiendo. Pero lo que sí me viene a la mente como para comprender un poco más la situación de que muchos necesitan esto para situarse en un supuesto nivel privilegiado en el mundo; veo que en Europa para ser despectivo se nos llama “sudacas”; en Bolivia, más precisamente en Santa Cruz de La Sierra llaman para discriminar “coyas”; y en Argentina… negros.
Está claro que todo esto sucede por una cuestión que es ajena al conflicto en sí: “el individualismo”. Algo que en la mayoría de las reflexiones que he escrito trato de señalar como el gran problema social que debemos cambiar. Pero lamentablemente continúa mostrando presencia: desde siempre con el desprecio por la clase baja, por los piqueteros,  hace un tiempo con el marcado asunto del matrimonio igualitario, hace unas semanas con los inmigrantes… siempre de una u otra manera va saliendo a la luz. Lógicamente porque existe, porque lo alimentan a diario y es allí que el avance social y cultural que soñamos pareciera estar cada vez más lejos. Aclaro… el cambio no es una utopía, es una realidad en la que anhelamos vivir.
Ahora bien, si viajamos a un tiempo pasado lejano, más precisamente a 1900, podemos ver que los inmigrantes europeos (iguales a los que están hoy) vinieron a Argentina con promesas falsas de tierras, vivienda, trabajo y bienestar. De este modo fueron formando parte de una clase obrera que vivía bajo terribles condiciones. Pero claro, esos inmigrantes traían, además de un sueño llamado América, el espíritu de lucha, de hacer valer sus derechos y el claro concepto de la libertad. A partir de allí en Argentina se crearon los primeros partidos socialistas y anarquistas que les dieron a los obreros otra visión de la realidad, mostrándoles que podían tener voz y derecho. Esos mismos inmigrantes, junto a los que llegaron luego de la Primera Guerra Mundial (que aquí también fueron víctimas de la discriminación), como todos los posteriores,  fueron los que de su lugar ambientaron a nuestro país. Inmigrantes que venían en condiciones penosas, con hambre y miseria. Esas personas hoy forman parte de nuestras raíces. ¿Escucharon, cuando se hablaba hace unas semanas de esta situación sobre los inmigrantes, que los nombren a ellos?
¿Por qué el boliviano tiene que sufrir nuestra propia incapacidad social? ¿Por qué es culpable de buscar el bienestar, por qué los machacan y en las canchas y calles se escucha “bolivianos” como un insulto?
Lo que pido, sin imponer absolutamente nada, desde mi modesta nota, es que pensemos en todas estas cuestiones, en cómo nos gustaría ser recibidos si una situación extrema nos llevara a emigrar a otro país. Es muy claro… tratemos de ponernos en el lugar del otro. No seamos tan idiotas de creer que somos mejores que el resto solamente por haber nacido con un nivel de vida privilegiado, o por nacer con un color de piel que agrade al mundo, o por tener un sexo al que se está acostumbrado, o por no ser de otra nacionalidad, o por no ser gordo, alto, discapacitado.  No seamos tan inhumanos.
Pensemos, miremos, hablemos… ¡CAMBIEMOS!

Jorge Ezequiel Rodríguez


Edición nº 6 -  Diciembre 2011


Reflexión: Día de los Derechos Humanos – 10 de diciembre


La doctrina de los DDHH habla claramente de que los derechos de las personas integran una unidad total cuya razón se basa en la en la dignidad del hombre: calidad de vida, salud, educación, libertad personal, libertad de expresión, etc.
Hoy vemos algo totalmente llamativo; la llamada, por muchos en Argentina, “Política de derechos humanos” no atiende las necesidades de la gente que las padece. La Declaración Universal tiene 30 artículos. ¿Se cumplen todos, o por lo menos la gran mayoría?
Vale ofrecer un claro ejemplo de lo que intento decir nombrando el artículo 25:
- 1. Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios; tiene asimismo derecho a los seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez u otros casos de pérdida de sus medios de subsistencia por circunstancias independientes de su voluntad.
Pregunto… ¿todos los ciudadanos en Argentina tienen este derecho? ¿Qué pasa con las personas marginadas que viven excluidas del sistema? Por ejemplo: Los habitantes del asentamiento al costado de la autopista “Buen Ayre”. 
Primero vale destacar “nivel de vida adecuado”, ya que eso lleva de una u otra manera a las demás necesidades que marca el artículo 25. Esas personas viven en un lugar donde las condiciones respiratorias producen un índice de mortalidad tan alto como cuesta imaginar; ahí llegamos a la “salud”. ¿Qué sucede con las personas que no tienen obra social? ¿Los hospitales están en condiciones de atender a esta gran parte de la población? ¿Hay tantos hospitales como debería? No dudo de la idoneidad de los médicos, enfermeras y trabajadores de los hospitales (a los que admiro profundamente), hablo de los elementos. En una villa miseria… ¿hay una ambulancia disponible, hay materiales para atender urgencias? ¿Las operaciones son gratis, son accesibles para las personas?
¿La salud no tendría que ser un beneficio gratuito, eso no es un derecho?
Con respecto al bienestar no hay mucho que decir, ya que esa gente no tiene un trabajo digno, de hecho en muchos casos no tiene trabajo; sólo se alimentan de lo que consiguen en el basural que asoma, con su inconfundible aroma, de cercanías. Lo peor de esto es que no sucede sólo allí. Podemos encontrar muchos ejemplos de estas terribles condiciones de vida. Entonces pregunto… ¿Hay una verdadera política de DDHH en Argentina?
Claro está, que hay una política de Memoria y de juicios a los monstruos protagonistas del terror de los años 70; la cual aplaudo y destaco. Eso es uno de los elementos de los Derechos Humanos, uno de los tantos que se piden a diario y están en el Artículo 5:
-“Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes.”
El juicio a los militares es un avance a futuro, a ese “Nunca más” tan bien tomado por la sociedad. Pero prefiero dejar este tema (el terror de los años 70) para la edición del mes de marzo.
Para continuar hablando sobre los artículos que parecen ser silenciados pasemos al siguiente:
  Artículo 4
“Nadie estará sometido a esclavitud ni a servidumbre, la esclavitud y la trata de esclavos están prohibidas en todas sus formas.”
Con este tema podemos tomar con la misma mano  el día de la “Abolición a la esclavitud”, que se celebra en el mes de diciembre. Dicho así nomás, cuando se toca este tema en una mesa familiar, de trabajo o de amigos, pareciera ser una estupidez intentar hablar de ello, ya que la esclavitud (para muchos) fue abolida. Pregunto… ¿realmente dejó de existir?
Sin irnos demasiado lejos vemos, o mejor dicho sabemos pero no podemos ver con los ojos, talleres clandestinos de ropa de las marcas más conocidas que explotan a sus empleados, si es que los puedo llamar así. Esas personas trabajan más de doce horas por día con una paga que reemplaza al dinero: pan y techo. No hay muestra más clara de lo que se denomina “esclavitud”. Con la prostitución pasa exactamente lo mismo. Sabemos muy bien lo qué sucede con las chicas que son explotadas pero sin embargo nadie hace nada al respecto (hablo de las autoridades). Cómo puede ser que uno se pare junto a un teléfono público en Capital Federal y haya docenas de papelitos pegados con números de prostíbulos clandestinos. ¿No sería muy fácil llegar a cada uno de ellos? ¿Quiénes trabajan como socios de los cafiolos y de explotadores de menores?
Hablando y profundizando sobre lo que sucede en Argentina desde que se llama Argentina, nombraremos a nuestras queridas comunidades aborígenes. ¿Tienen idea de donde está el hospital más cercano de donde viven los Tobas, los Mapuches? ¿Qué condiciones de vida tienen con el faltante de agua? ¿Qué sucede con la expropiación de sus tierras, por ejemplo actualmente en Formosa?
Los pueblos originarios argentinos merecen el reconocimiento a su derecho al igual que nosotros. Vale destacar que en estos últimos años se ha escuchado a los aborígenes como no se los oía en años y años. Pero no sólo se tiene que escuchar, hay que responder y responder como se debe; saciando las necesidades de todas las comunidades. Son personas… no se olviden. ¿Todavía se seguirá pensando en: “Civilización y barbarie, o se seguirá defendiendo la “Campaña del desierto? Por favor…
Existe una realidad que lamentablemente pocos vemos. Pero con los DDHH pasa algo muy extraño. Muchos se oponen a los ellos, dan claras muestras de que los derechos son para los ladrones, para los delincuentes… ¿escucharon alguna vez eso, no?
Primero les pido que antes de decir semejante barbaridad lean la Declaración completa, se van a sorprender.
Ahora sí: en vez de pedir pena de muerte y mano dura, la solución es la educación, pan y trabajo. En voz de la primera, comenzaré hablando de que la educación tiene que ser gratuita. Nadie debiera pagar por mandar a su hijo al colegio, pero dadas las circunstancias que las escuelas estatales padecen el faltante del dinero que tendría que ser destinado: se caen a pedazos. Mediante esta acción, nos imponen (como está demostrado con el actual gobierno de la Cuidad de Buenos Aires) que las escuelas tienen que ser privadas. ¿Una locura, no? No volvamos a los 90.
Sin embargo, hace muy poco, cuando los estudiantes se manifestaban pidiendo mejoras en las instituciones educativas, peleando por sus DERECHOS, gran parte de los medios  (a partir de ello muchas personas) mostraron su contraposición con la de los chicos, minimizando el hecho con la siempre escuchada “participación de partidos políticos”.
Digo… la educación y la salud tienen que ser gratuita y estar al alcance de todos, como también el trabajo y la alimentación. A partir de que la gente sea beneficiada con estos cuatro derechos elementales de vida y el día que las necesidades sean saciadas para quien las padece, aplaudiré a la verdadera política de Derechos Humanos.
La Declaración Universal de los DDHH es una de las mejores cosas que hizo el hombre por el hombre. Sería importantísimo que el mundo responda sobre ellas, que el mundo repudie al imperio estadounidense por las acciones de invasión y de guerras que proponen año a año y que de una vez por todas se piense en el otro como en uno mismo. Basta de individualismo. Todos somos personas, todos tenemos los mismos DERECHOS, todos somos iguales ante nosotros mismos.
Reflexionemos y pensemos este 10 de diciembre. No cuesta mucho, esto sí es gratis.
No nos olvidemos de Jorge Julio López y de Luciano Arruga, desaparecidos en democracia. 


Jorge Ezequiel Rodríguez




30 años sin John








Edición nº 5 -  Noviembre 2010




Espacio al lector y al escritor:



Cosas olvidadas (no habrá de acontecer):

Es en las veces del retiro de cualquier lado de tu dignidad,
cuando el profundo y honesto olor a brisa
te envuelve y advierte que siempre olvidas algo.

No temas, manifestarse es abrigarse.
Tu pena no es valida si gris consuela tiñendo nubes.
No vuelven más, ninguna nube vuelve más.

Date cuenta.
Son culpas nuevas, encargadas.
Quieres verte frente al Único espejo, el de Agua, y se refleja tu espalda;
cuidado porque también sos vos.
Piel liquida.
Tentativa de contornos.
Sufre la anatomía del alma.
Si no sabe actuar no habrá de acontecer.

Que ame al que pierda los zapatos.
El que los pierde es un redentor humilde escuchando tu confesión.
No esperes su redimir, la vida queda tallada en las plantas.

En cada cerámica esculpida al caminar mayólicas, olvidas algo.
Y dejas, lo que sea lo dejas;
lo dejas todo porque la curiosidad necesita saber si estás fallando.

La dignidad en su acontecimiento copula la reflexión
y ves todo muy veloz como brillo de esmeralda, no te confundas:
es vil rabia de navidad sin pino
sin nieve sin familia.

Embarga tu cuadro que viaja al pasado
que vuelve sepia como lastimado.
De tanto rasgarlo,
aprende que perder humildad
es el vacío de tu fuerza con el humor despojado.

Propio desprecio reirá de vos
un arlequín amorfo
cabalgará vísceras de lo que fue un equino, castigado
ahorcado por tus bridas.
Lo sabes en tu manera de soñar, cuando duermes
crees que pierdes el tiempo.
  
El tiempo… entonces no jodas, no quemes;
por favor no quemes el tul de la venial dama de ausencia.
Deberías quemar el penacho del alfil templario que no sabe perder.
No así, viéndote así, irás esquivando de tumbo en tumbo de salto en salto;
deseando que sea un sueño y ahí estas,
pedaleando afilando
chillando tu lima
de cosas olvidadas.

 Chelo Marcial
chelosaynomore@yahoo.com.ar




El valor del arte (nota de tapa)



Según la Real Academia Española el término “arte” se define de la siguiente manera:

-Manifestación de la actividad humana mediante la cual se expresa una visión personal y desinteresada que interpreta lo real o imaginado con recursos plásticos, lingüísticos o sonoros. Esta definición es bien específica. También podemos leer otras, que en sí dicen lo mismo, como la de Edgar Allan Poe: “El arte es la reproducción de lo que los sentidos perciben en la naturaleza a través del velo del alma”.
El arte es y será la imagen latente de un tiempo, un momento definido, un pasado,  presente y futuro. Para comprender cómo fue demostrando su necesidad de nacer y perdurar en el tiempo vale destacar lo que llamamos “arte rupestre”, un dibujo o boceto prehistórico sobre rocas, cuevas y cavernas. Sobre los que a partir de ellos hoy se logra conocer los registros de los habitantes más antiguos de cada lugar. La necesidad de manifestación libre sobre sus vivencias, sentimientos y creencias se refleja en tales dibujos.
Ahora bien, estamos de acuerdo en que forma parte de lo indispensable de la existencia humana, de la demostración de lo vivido en cada tiempo. Entonces… ¿por qué es que los artistas en Argentina pasan a ser una especie de etnia aislada y sin la valoración merecida? Hablo de artistas, no de personajes a los que se los define así pero que ni se acercan a serlo. Un verdadero artista no lo  hace con la idea de ganar dinero, el arte es personal, propio. Cada obra requiere exclusivamente de la aprobación de lo que el artista quiere decir y cómo lo quiere decir. No lo hace pensando en que lo necesita ver, leer, o escuchar el otro, lo hace para uno mismo. Esto da claras cuentas de que no se busca un receptor, sino la idea de expresar y desprender sentimientos, que en muchos casos solos van tomando calidad para luego ser definidos como una obra de arte. No obstante hoy se escucha a diario que los artistas son los que salen en la tele, los famosos. No veo la calidad de artista en conductores televisivos, en modelos, en personajes absurdos… veo la calidad del arte hoy en día por ejemplo (hablando de los medios) en el humor. Allí caigo en la problemática de que el humor de a poco se va extinguiendo de la televisión Argentina. Hay un solo programa de humor real y es el de Diego Capusotto.
¿Qué pasa, no hay más humoristas? ¿Qué pasó con los Tato Bores, con los Olmedo?
La respuesta es clara. El humor en este momento pasa por otro lado. No existe una manera artística de hacer reír a las personas, se busca algo más básico. Algo banal, trivial, absurdo, como la clara adicción, que propone el medio televisivo, sobre un culo y una teta, sobre peleas armadas e idiotizantes. Pero no es casual que esto suceda, ni que la gente de repente comience a consumirlo. La idea es correr el “pensar” del lugar obtenido para banalizar las ideas y los pensamientos. Para ser más claro: hacernos más estúpidos y sin capacidad de razonamiento, de interpretación, de apreciación personal sobre diferentes cuestiones.
Con la música pasa otra cuestión. Sin duda es el reflejo perfecto y tal vez el más consumido del arte. Lo maravilloso de la música, además del sonido que es capas de levantarnos el alma o de hacernos llorar, es la interpretación que cada uno obtiene con la letra de cada tema. Analizar lo que el músico quiere decir, lo que muestra desde su interior, comparar esa situación con una vivencia propia, tomar esa letra como parte de uno, es lo que unifica indirectamente al emisor con el receptor. Algo totalmente formidable. Pensar que una persona escribe de lo que percibe su mente y ese reflejo sea tomado como propio por alguien totalmente ajeno, es el ejemplo perfecto de lo que queremos definir como verdadero arte. Sin embargo hoy se ve que la música ha tomado un rumbo inesperado. Esa idea de la letra unificadora, del trabajo del músico buscando notas, de horas y horas, días y días para lograr la canción que busca,  han sido remplazados, en muchos oyentes, por sonidos computarizados a los que llaman “música electrónica”. Les pido disculpas a los que ofendo, pero la música es otra cosa, la música es de lo que vengo contando desde la primera línea. Quizás yo no tenga la capacidad de ver o apreciar el arte que manifiesta esto, pero siento que lo que admiro profundamente se está, de a poco, desprestigiando y mucho.
La literatura sufre otros asuntos. El concepto de que leer hace crecer, que leer es aprender, pareciera ser olvidado. No veo algo más hermoso que tomar un libro y suspenderse en ese mundo maravilloso, fantástico. Convivir con personajes, imaginarlos, describirlos mentalmente y convertirse en protagonista de una historia ficticia. Lamentablemente parece que esto no forma parte de lo que hoy la gente toma como modo de entretenimiento o pasatiempo. El hábito de la lectura se va perdiendo día a día y los escritores padecen esta situación. La idea de un escritor es ser leído pero al encontrarnos con esta circunstancia pasa a ser una especie de suerte poder conseguir un número importante de lectores. A pesar de ello, con irónica sorpresa, la “Feria del libro” tiene una concurrencia masiva.
¿Cómo es que las personas cada vez leen menos y la “Feria del libro” se llena? ¿Será que muchos pagan culpas? Igualmente hay una cuestión clara que demuestra el desconocimiento de los que se acercan y es que los stan de países se encuentran vacíos. Las librerías importantes son las que reúnen a la mayoría de las personas, esas cadenas de librerías que encontramos en todas partes. Pero… ¿La idea de la “Feria” no es justamente buscar libros o autores que no se consiguen en otro lado?

El artista no sólo es aquel consagrado. Artista es todo aquel que tiene la capacidad de expresar lo que siente, sin la necesidad de ser catalogado por el otro.
Hoy, yo me considero un artista. Aquel que escribe en su diario relatos filosóficos sin motivo de publicarlo también es uno, el que toca en su casa la guitarra para la almohada también lo es, el que dibuja en un cuadernito, el que pinta por gusto, el que canta, el que actúa libremente, el que captura imágenes por pasión, el que piensa, el que expulsa sus sentimiento y sensaciones, el que imagina un mundo mejor y lo representa, también es un artista.

El arte forma parte de la vida misma, del concepto de libertad y amor del hombre, de la expresión, de los sentimientos proyectados hacia millones de personas, de la capacidad de hablar, de escribir, de pintar, de dibujar…
El arte es lo más extraordinario que el mundo ha contemplado. Lo más sublime de la existencia humana. No lo corramos a un lado, no lo remplacemos por la trivialidad ridícula que nos imponen a diario.
¿El arte no merece valoración?

Jorge Ezequiel Rodríguez


Edición nº 4 -  Octubre 2010




Reflexión: 12 de octubre… día de… MEMORIA DE LOS PUEBLOS ORIGINARIOS DE AMÉRICA



Esta reflexión sólo esta basada en un tiempo, un momento histórico bien definido y nada tiene que ver con el pueblo español, con los españoles ni con todos los descendientes, que somos muchísimos, en Argentina.
En esta ocasión nos ha tomado de sorpresa, para bien, que justo antes de enviar la revista a la imprenta, se ha tomado una medida importante sobre el nombre del “12 de octubre”. La reflexión en esta nota se debía justamente a ello: al pedido del cambio de nombre. Sin embargo prefiero, luego de esta aclaración, dejar el principio de la reflexión tal como estaba.
Hay hechos históricos que son planteados de tal manera, que pocos se animan a interferir, a cuestionar, o algo parecido. En este momento, es un tiempo donde la libertad nos permite profundizar aquellos hechos y a partir de allí tener una visión diferente, contraria, o simplemente estar de acuerdo con lo que nos han dicho. De esta manera, y con una apreciación personal, hoy planteo una reflexión partiendo de la base del nombre que han impuesto al día 12 de octubre.
En primer lugar, no creo que tenga que llamarse así. No fue un hecho histórico valorado para AMÉRICA, donde la mezcla de razas haya sido para un bien, ni tampoco como idea primordial de los españoles, ni aquellos pueblos originarios se han favorecido con este asunto ni les han preguntado sobre ello. Entonces… ¿por qué se sigue llamando “día de la raza”?
Hay otra cuestión, mucho más profunda e importante y tiene que ver con lo que nos han enseñado en la escuela. La invasión española en América no fue un descubrimiento, fue una conquista. No sólo por el hecho de que el continente estaba habitado sino por que ha sido un genocidio, y no un genocidio más. A mi entender, fue en genocidio más grande de la historia. Paso a decir, que no hay cifras exactas sobre las generaciones asesinadas y esclavizadas, pero podemos tomarnos el atrevimiento de pensar sobre ello…
¿Imaginan una cifra?
… por dios…
Sin embargo, no hace muchos años, en el acto del 12 de octubre, nos vestían como indígenas y como españoles y todo parecía (en el escenario) una visita amena, de intercambio cultural, de cambio de objetos de valor para ambos (oro por espejo) y todo con una sonrisa de los niños que poco entendíamos sobre el asunto. Los padres aplaudían al final y todo parecía recreado como si estuviéramos hablando de la revolución de mayo, o algo que enalteciera nuestra patria.  Hoy, miro esta situación y poca gracia me causa. Pienso en mis años de niñez, con mis compañeros, cuando nos enseñaban la imagen de Cristóbal Colón como la de un prócer. ¿Prócer?... una locura, ¿no?
Lógicamente todo tiene su explicación y argumento. Las cosas no son dadas como se les ocurre a la gente y punto. Todo baja desde un orden supremo y ese orden, luego del 1400, ha impuesto que el genocidio de América sea tomado como un descubrimiento. Por este motivo, no podemos pensar mal de los maestros ni de las autoridades escolares. Toda rebeldía sobre hechos históricos lleva un proceso temporal importante, y es hoy que vamos comprendiendo qué significa esta fecha. No sólo nosotros, con ideas propias, sino que en los colegios ya no se habla de la misma manera. Hay una evolución, pero falta algo trascendental… y ese algo es el cambio de nombre. Por el momento yo he puesto el nombre que aparece en el título y es: “Día de memoria de los pueblos originarios de América”. Esperemos que algún día el país y el continente lo pueda llamar de una manera similar, sin sentirse culpable de ello. Algo que siempre, en circunstancias complejas y de crueldad externa, pasa: hacen sentir culpables a las víctimas o a los que se acercan a la verdad.
Dadas las circunstancias de que en este momento el cambio de nombre pareciera ser un hecho, una sonrisa enaltece a todos los que hemos pedido, a lo largo de los años, que no se tome esta fecha como una conmemoración hacia “los españoles” ni como un festejo más, sino como un día espacial (de memoria) sobre los pueblos originarios.
Hoy brindo por este avance ideológico.
En el año 1942 se ha producido una matanza indiscriminada en el continente americano. La invasión española (como debe llamarse) no sólo ha asesinado personas, se han destruido generaciones, culturas, creencias y hasta al mismo futuro. Se ha robado riquezas inalcanzables para nuestras mentes. Las mujeres fueron objeto de violaciones, de torturas, de “mujeres” de los invasores para la reproducción, que luego llamaron: mezcla de razas o unión de dos mundos. Y los hombres y niños, aquellos que se salvaron de ser asesinados, fueron utilizados para la esclavitud. Para colmo, como muestra de bienvenida (así lo hicieron llamar) una imagen de Cristo era la fiel compañera, imponiendo sus creencias religiosas sobre las que los pueblos originarios tenían. Pero nada de eso he escuchado en la escuela.
¿Se preguntan por qué conocemos los nombres de las carabelas que llegaron, de los principales invasores españoles y no sabemos nada de nuestros pueblos originarios?
Viendo que los años pasan y que las ideologías sobre estas cuestiones se van actualizando para bien, espero que en algún momento en los colegios se enseñe la historia real de los aborígenes argentinos y americanos. Por supuesto será mucho más rica y satisfactoria que estudiar una invasión con el nombre de “descubrimiento”.
Pero no sólo este hecho ha sido impuesto y enseñado de esta manera.
Sobre “La conquista del desierto” pocos saben o conocen la verdadera historia de ese hecho dramático para la historia argentina. Es más, un hombre (catalogado como prócer) esta en el billete de mayor valor, muchas estatuas lo homenajean y si todos sabrían lo que ha hecho con nuestros aborígenes, esa realidad cambiaría. “La conquista del desierto” fue otro genocidio, pero este liderado por propios argentinos.
En esta fecha homenajeo a los pueblos originarios de América, de los que realmente tenemos que tomarnos el tiempo para pensar.
Basta de carabelas en el mar. Queremos la historia de nuestros aborígenes.
Queremos nuestra historia.

Jorge Ezequiel Rodríguez


Ernesto "Che" Guevara:  14 de junio de 1928 - 9 de octubre de 1967




Espacio al lector y al escritor:


Palabra de un hincha



Aunque si bien importa en debidas oportunidades lo que la gente comenta y dice, al ser gratuito hablan de más y sin previo razonamiento, lo que no se entiende realmente es la falta de comprensión. En consecuencia no pido disculpas al proyectar mis sentimientos, ni siquiera una mera lectura de interpretación, aunque eso sea el movilizador primordial de mi mano, y es ahí donde logro contradecirme. Siento y vivo a mi manera, a pesar de que traten el tema como una circunstancia menor. No creo que haya sentimientos catalogados por el afuera, por el otro. No veo la capacidad, del que no lo siente, del  que no lo comprende, de definir la calidad de ello. Claro que cada uno tiene variantes diarias que lo llevan a preocupaciones profundas, con eso no quiero decir que ésta no sea una de ellas, pero al involucrarse en ciertos asuntos de vida o muerte, de futuro de bienestar o nada, caen en que lo mío no interesa, no forma parte de lo imprescindible. También es cierto que al posicionarse en mi lugar; en ese escenario conmovedor, con el impacto de cualquier ser viviente en la primera vez que ingresa, con el color mixturado como parte de un cuadro divino, con los corazones latiendo a la par, mientras un canto de miles de personas, que aunque no formen parte de un coro mantienen una melodía a tono y cantan con el alma. Se  remueven interiores, provocan lágrimas de emoción y tristeza, de satisfacción y sorpresa. Te traslada a ese mundo por dos horas interminables, donde el tiempo también juega, acelera y se detiene según cada momento.
No creo que comprendan la veracidad de mis palabras, tampoco intento que vean a ese mundo como parte de ustedes, pero sí que no lo tomen como un tema menor, como algo sin sentido, como una especie de juego donde cuando finaliza termina y punto. Es mucho mayor a eso, no sólo comienza cuando un silbato lo marca sino cuando el corazón, lastimado y orgulloso, con su algarabía y desazón, comienza a latir de manera diferente, con una velocidad dispuesta por un pensamiento que trasgrede cualquier otra circunstancia. No hablo de horas antes, tampoco de días, ni semanas. No hay tiempo definido y si preguntan el momento justo en el cual comienza no voy a poder responder, como tampoco el final. Se puede hablar tranquilamente de los lunes de euforia o del encierro entendido, de los sábados de tensión y de hasta noches despabiladas, del suspiro necesario y lágrimas contenedoras, cigarrillos continuados y gargantas raspadas, temblores prominentes y calores mentales. Se puede, como en el común de los casos, intentar simplificar tal sentimiento en una sola palabra. Allí caeremos en la palabra “pasión” donde se la pronuncia tanto que la bastardean y pierde el verdadero significado, por lo tanto pondría otra que reuniría a muchas junto a la recién nombrada; la palabra “amor”. Lógicamente tiene un amplio significado y tendríamos líneas y líneas intentando explicarla y tampoco llegaríamos a un fin. Paso a decir, como un principio impulsivo, que mi mundo, que este sentimiento, que mis colores, son el único amor sin traición. El único, donde el compromiso, sin estar firmado ni sellado mediante palabras, se demuestra a cada instante. No hay opresión, no hay miedo al engaño, no hay desconfianza ni necesidad de abandono, no existe bronca ni tampoco olvido. Esos colores, que son la fuente inmaculada de mi amor, rejuntar clases diferenciadas. No hay discriminación ni desprecio, hay abrazos sin sentimientos previos hacia aquel cuerpo que se acerca, besos traspirados, corazones reunidos e interiores consolados.
Espero sepan disculpar las descripciones del relato, pero sin ellas no podría ni siquiera acercarme un poco a lo que siento, a lo que vivo cada domingo, cada lunes, cada día de mi vida. Cada noche en donde las reminiscencias de viajes, de tribunas, de emociones y tristezas me acompañan. Me convierten en un ser agradecido a la herencia más sagrada, al gen interno sin descubrimiento científico, al amor de antepasados e inmortal, a la magia de mis sensaciones domingueras y a lágrimas totalmente justificadas. Pido disculpas al encarar  el relato de una manera poco común y hasta desafiante, pero a la vez me entiendo, ya que a un amor no se lo critica, no se lo pone en la balanza de lo aceptado, es un amor y punto.
Siento, en cada letra que agrego, con mi mano derecha que no cesa el movimiento, el orgullo de pertenecer a lo más sano que tiene el fútbol. Al que no tiene suciedad en sus manos, a quien da todo, al que brinda su vida sin esperar respuesta, sin la espera de recibir algo. Quien vive amando como nadie a esos colores, que sin un Dios ni religión alguna, le da mucho más de lo que cualquier persona puede imaginar.
Siento y vivo de esa manera, lloró y sonrío de por vida. Elijó continuar así, elijo vestirme sin ropa con el color que mi viejo me puso al nacer, con el relato de una radio cuando yo ni siquiera sabía lo que oía, con el grito de “GOL” en lo más alto de mi espíritu. Sabiendo, que aunque hay cosas más importantes, más profundas, ésta no pierde valor. Sigue y va a seguir aspirando el aliento de todo aquel que inculcó o le inculcaron el hecho de pertenecer a lo más hermoso que tiene el fútbol:     EL HINCHA.

Jorge Ezequiel Rodríguez









Edición nº 3 -  Septiembre 2010







Reflexíon:   Paz Mundial…  ¿utopía, futura realidad o simplemente un sueño?



Al hablar de la paz mundial hoy en día, con todos sus propósitos, me acercaría más a una utopía que a una futura realidad. Lógicamente no es parte de un capricho. El mundo hoy mantiene guerras ocultas, sin visibilidad, que no son difundidas por los medios, los cuales están interesados en el dinero y olvidan ideologías. Desde este punto, tomado con pinzas, no podremos pretender “paz real” y sólo tendremos que sujetarnos a la idea de que de seguir el sistema capitalista como gobernador primordial, comprando “la palabra” y de allí a la sociedad en general, donde el dinero vale más que las ideas, los conocimientos y hasta que el mismo “ser humano”; las bombas se evaporizarán en silencio, bajo niños mortificados y asesinados, y seguiremos caminando como si nada. Es irónicamente absurdo comprender que esto tendrá un punto final, siempre y cuando, las políticas invasoras de un régimen imperialista, de nunca acabar, sigan proporcionando muertes y más muertes, que hoy no se ven ni nunca se vieron. Sin embargo (con la intención de no tocar el tema del 11 de septiembre de 2001) hacen que el mundo sienta pena, lástima, y hasta algunos lloren por un atentado (el cual no justifico, no apoyo y preferiría que nunca más ocurriera) en el que murieron personas, de una cifra lejana, ni siquiera de un 1% comparada con los asesinatos en estos últimos años en Irak, Afganistán, Irán y otros tantos países invadidos. Además, de que ese atentado  las Torres Gemelas haya sido el eje y la excusa para que el imperio (bajo la palabra “contraataque”) ingrese en su propia guerra. Excusa, que no fue novedad, ya que bien había tomado en la Segunda Guerra Mundial, tras el ataque a Pearl Harbor.
¿Estados Unidos no sabía de ese ataque, ni de éste?
Pero al no ver es realidad, pasa a ser, para el común, una suposición más. Una idea, de unos pocos, tapada de sobre manera por la influencia de muchos.
¿Se preguntan por qué ocurre esto? ¿cómo es que maneja y oculta la información el imperialismo?
Sólo voy a decir algo sobre esta pregunta, que no tendrá una respuesta clara en esta nota, con el motivo de que cada uno reflexione con ella. Es algo, contradice mi posición en esta edición y en las anteriores de la revista, al pedir el Premio Nobel de la Paz a las Abuelas de Plaza de Mayo. Nada tiene que  ver con ellas, muy al contrario, pero sí con el Premio Nobel. El último, entregado el año pasado, se lo dieron al actual presidente de los EEUU, Obama. No sólo m indigna el hecho de que haya sido un premio comprado, sino que en el discurso, sin el tupé de mostrar en la entrega otra cara, por lo menos demagógica, manifestó el envío de tropas a Afganistán como una necesidad. Siguiendo las políticas de Bush padre e hijo.
¿Esto no responde la pregunta anterior?

Hablar de paz bajo estos términos y viviendo hoy una guerra invasora, destructiva y genocida, s parte de una ilusión, de una protesta más que de una futura realidad.
Pero no todo en nombre de “paz” significa la eliminación de las guerras y de la venta de armas. La libertad es una de las más grandes variantes. También caigo en que todavía (en el siglo XXI) siguen existiendo pueblos oprimidos. Pueblos que están sujetos a políticas externas y extremas. Por lo tanto, seguiremos pidiendo libertad de pueblos, libertad de expresión, libertad de la palabra, libertad de las personas que nacen marginadas, de países a los que tapan su crecimiento mediante golpes de estado, políticas individualistas y gobiernos para unos pocos. Pero… mientras el capitalismo siga su curso imperiosamente gobernante, la paz y la libertad seguirán formando parte de nuestro sueño, de nuestro deseo y sólo, demagógicamente, se verá un cambio.
Tolerancia, amor, pluralidad, memoria y derechos humanos son otras de las acciones que forman “la paz”. Hablando de ello, como algo cotidiano y no global ni mundial, es sencillo encontrar esto que tanto pidieron y pedimos. Mirar hacia los costados en la base. Entender la realidad de cada uno, preguntarse de dónde viene y hacia dónde pude llegar a ir. Involucrase en causas solidarias, en el respeto, la tolerancia, el cariño de hermandad y no el odio de clases sociales. Reprochar todo acto violento, obviamente primero de las autoridades y luego de las personas. Reprochar esas políticas invasoras, de guerras y de crueldad. Y vuelvo a decir que hay que librarnos del individualismo. Hoy creer que la guerra actual pasa a ser una guerra lejana, la cual no nos afecta, es una equivocación grave. Todo tiene relación con todo (además de pensar y ponerse en el lugar del afectado) cuando fue el golpe de estado en Honduras mucha gente pensaba que era lejos y no nos afectaba en nada. Ahora pregunto… ¿cómo comenzaron los últimos golpes en América? Pienses en cuando fue la Guerra de Malvinas… ¿qué pensaría el mundo en ese momento? ¿qué dijeron los monopolios de los medios de comunicación sobre ello? ¿qué nos dijeron a los argentinos? Argentinos que, en ese momento, mediante discursos penosamente “patrióticos”, apoyaban la guerra y compraban los que les decían.
Por favor… tengamos nuestras propias opiniones, que no nos compren, ¡tengamos LIBERTAD!
Mañana, en el día pensado por los invasores ¿será Argentina invadida por el agua? ¿qué haremos al respecto? ¿seguiremos alabando a ese país del norte, que se hace llamar América?

Reflexionemos sobre el asunto. No dejemos de leer diarios, de ver noticieros ni escuchar radio, pero al recibir la información pensemos, razonemos ante ella e interpretemos el mensaje: es la mejor manera de comprender que todo lo que nos dicen a diario es por algo, y nada en este momento, donde el dinero moviliza el mundo, es creíble como una opinión libre.

Yo, Jorge Rodríguez, pido tolerancia, memoria, amor, pluralidad, libertad de pueblos oprimidos, libertad de la palabra, eliminación y reproche de guerras, expulsión de monopolios, derechos humanos cumplidos desde el primero hasta el último artículo, inclusión social, igualdad de oportunidades, no discriminación, políticas de educación, de salud pública, defensa de nuestra soberanía, de nuestros recursos naturales.

Yo pido esto, yo pido un cambio… yo pido LA PAZ

¿ustedes?


Jorge Ezequiel Rodríguez
















Jorge Julio López:    A 4 años de su desaparición






Seguimos reclamando la aparición, por algo ya dijimos "NUNCA MÁS".






Edición nº 2 -  Agosto 2010:





Homenaje a Julio Cortázar:  Un gran maestro.



Julio Florencio Cortázar nació el 26 de agosto de 1914 en Bruselas  (Bélgica), y falleció en París el 12 de febrero de 1984. Sus padres eran argentinos y él, a pesar de no haber nacido aquí, es considerado, para sí mismo y para todos nosotros, como argentino. Sobre ello,  ha dicho una frase: “Mi nacimiento [en Bruselas] fue un producto del turismo y la diplomacia”
Cortázar volvió a Argentina (luego de su partida en 1951, donde se estableció en París y vivió una gran parte de su vida (en el año 1983) vuelta la democracia. Recibió la calidez de sus admiradores pero no de las autoridades nacionales. Julio, realizó varias donaciones, de los derechos de sus obras, para ayudar a presos políticos de varios países, entre ellos Argentina. También se solidarizó con el gobierno de Salvador Allende en Chile,  y estuvo vinculado, en Nicaragua, al movimiento Sandinista.
Un gran defensor de los Derechos Humanos en América Latina.
Este 26 de agosto, cumpliría 96 años un hito en la literatura mundial. Un ser fascinante, argentino por donde se lo mire sin haber nacido en nuestro país. Donde relató una París tomando mate con un vocablo referido a su tierra elegida. Defensor de aquellas revoluciones centro americanas y admiración pura sobre Ernesto Guevara de la Serna, donde en “Reunión” lo pinta, lo manifiesta y lo muestra al viento como nadie.
Con su surrealismo excepcional nos iluminó un sendero diferente, donde la  Alina Reyes de “Lejana” se proyecta hacia millones de corazones.
Cortázar es creador de cuentos, propios y nada más que propios, donde la realidad golpea almas y nos hace sentir parte de ella. Creador de inolvidables novelas, marcando una nueva forma de hacer literatura, rompiendo moldes clásicos. Donde sus narraciones y sus personajes adquieren una profundidad psicológica pocas veces vista hasta entonces.
Hoy, recuerdo su imagen, sus ojos grandes y bien separados, su barba al viento y su gabán gris en la noche de París. Sus dedos alargados con un cigarro. La otra mano con un libro, y una mirada penetrante de un ser maravilloso.
Intento, modestamente, por este breve relato, homenajear el aniversario de alguien que quedará por siempre en la historia mediante un  papel, un libro y una “Rayuela”.
 Un único artesano, un único escritor, un único hombre: Julio Florencio Cortázar.


Edición nº 1 -  Julio 2010:



Entrevista: Al escritor Walter Iannelli



Walter Iannelli nació en Haedo en 1962. Publicó entre otros "Alguien está esperando" (cuentos), "Sanpaku" (novela), "Zumatra y la mecánica de tu corpiño" (poesía) y "Metano" (cuentos). Obtuvo Premios del Fondo Nacional de las Artes en los años 1995, 2000, 2001, 2003, 2004 y 2008, el 2° Premio Municipal de Literatura a Novela Editada bienio 2002/3 del Gobierno de la ciudad de Buenos Aires y la Beca Nacional de Creación Fondo Nacional de las Artes 2008. Coordinó talleres literarios en el C.C. Recoleta y las bibliotecas Rosario Vera Peñaloza de Haedo y Municipal de Morón. Codirigió la revista Otras Puertas junto con Alberto Ramponelli. Actualmente está a cargo del Área de Letras dependiente de Arte y Cultura del Municipio de Morón y dicta talleres literarios particulares.




-¿Qué cree que lo llevó a ser escritor?
Bueno, como dije alguna vez las ganas de parecerme desde muy chico a esos tipos que me hacían sentir escalofríos con lo que escribían. Empecé en tercer grado después de leer El gato negro de Poe y el Dr. Jeckyll y Mr. Hyde de Stevenson.

-¿Se puede vivir de la literatura?
Se puede vivir de la literatura, pero no es fácil. Algunos muy pocos pueden vivir de los libros que venden, otros de cosas relacionadas o devenidas del eventual o posible prestigio que pueden traer los libros que escribieron. Otros, la mayoría, no pueden.

-¿Sus referentes literarios?
Cortázar, Donoso, Giannuzzi, Conrado Nalé Roxlo y mis amigos Alberto Ramponelli y Emilio Matei que leen todo lo que escribo. De los argentinos actuales me gusta sobre todo Marcelo Cohen.

-¿cinco libros que pueda recomendar?
Mi pueblo, de Conrado Nalé Roxlo
Este Domingo, de José Donoso.
Obras Completas, de Joaquín Giannuzzi.
El Palacio de la Luna, de Paul Auster.
En los límites del aire de Heraldo Cuevas, de Rogelio Ramos Signes.

-Si tiene que elegir… ¿poesía, cuento o novela?
Si tuviera que elegir una de las tres cosas, cuento. Parece ser el género más difícil, pero es donde me siento más cómodo. Sin embargo me gusta mucho escribir novela y poesía porque se me presentan como todo un desafío.

-¿Por qué piensa que lo cultural hoy no tiene el valor que merece? ¿Por qué cree que cada vez menos jóvenes tienen el hábito de la lectura?
Bueno, la primera pregunta la respondería diciendo que en algunos casos se ha postergado al pensador, al escritor, o al artista a un lugar poco visible, como si fueran personajes que están haciendo algo que no es de orden práctico, y es por eso que la cultura tiene poca visibilidad. Eso contestaría en parte la segunda pregunta: muchos jóvenes no tienen el hábito de la lectura porque no saben para qué sirve leer, ni lo apasionante que puede llegar a ser. Si comprendiéramos globalmente que leer te abre las puertas del mundo, incluso las del mundo práctico, y que leer puede resultar sumamente entretenido y estimulante, todos leerían.

-¿Qué le diría a una persona que comienza a escribir?
Que escribir es una forma de encontrarse con uno mismo en la búsqueda de las preguntas más interesantes que podemos llegar a hacernos. Y que de una manera u otra la literatura siempre paga, tarde o temprano.  

-¿Cree en la inspiración? ¿o es acaso la excusa del escritor perezoso?
Creo en la inspiración, pero también creo que se puede escribir desde la desesperación, desde la alegría, desde la paciencia, desde la curiosidad, desde la intención y fundamentalmente desde la vocación de escribir.

-¿Qué diferencias encuentra entre la literatura, la música y la pintura?
Muchas en la forma, muy pocas en el resultado. Creo que todo arte basa su definición en la capacidad que tiene de transmitir emociones y de transformarnos a través de la obra. Nunca salí de un buen libro, de un buen disco o de una buena muestra siendo el mismo. 

-¿Un sueño?
Uf, muchos: Qué nos dejáramos de joder y que hiciéramos del mundo algo menos banal, y para eso empezaría por educar y erradicar el hambre (como si fuera fácil, ¿no?) En lo particular, que los lectores me reconozcan por mi trabajo y no por otras eventualidades, cosa que de a poquito voy consiguiendo. Ah, y que mis hijas se transformen en buenas lectoras, no concibo una mejor forma de pasar por la vida.

-¿Algún libro por presentar?
Muchos. El último fue Metano a principios de 2009 y anduvo muy bien. Este año estoy buscando editor para mi segunda novela, fundamentalmente. Por ahora me gana de mano Belén Francese.







Espacio al lector y al escritor:


Cuento:



Para entenderlo cuando sea más grande



Todos se miran entre sí y nadie dice nada. Se ve un clima raro, embustero, con

comentarios, por medio de murmullos, de los cuales por lo menos yo, no logro

descifrar. Seguramente estarán ocultando algo, lógico, pero mi madre no está

involucrada. Mi hermana tampoco, ella todavía no se levantó de ese sillón. Sigue

llorando, lo mira sin acercarse y llora cada vez más fuerte. Yo no sé pero todo esto

es muy raro, por que el resto de las personas no lloran. Algunos aprietan con

fuerza sus ojos y ahí pareciera que estuvieron llorando, pero no es así. Yo no vi

ninguna pero ninguna lágrima, es como si estuviesen actuando, pero para mí de

muy mala manera.

A mí me dan ganas por momentos, pero a la vez siento una sensación intensa y

demasiado extraña que me lleva a tranquilizarme. En ese momento siento que no

es lo que parece y que todo lo raro que se ve por algo es.

Allá están los primos de mi viejo que se ríen y otro de mis tíos hace un chiste, pero

si es como yo pienso, ellos no pueden reírse. Claro, seguramente saben bien

donde está mi viejo, pero me lo ocultan y van a venir con el “es cosa de grandes,

cuando crezcas entenderás”. Yo nunca jodo con saber todo, pero esta vez se trata

de mi padre.

Mi madre se acerca al cajón, que de paso está decir que se encuentra cerrado, y

llora, lo abraza, lo besa y nadie se le acerca. A mí me da cosita, aparte estoy muy

seguro que mi viejo no está allí. Él es tan pero tan jodón que seguro armó todo

esto para burlarse de mi madre y de nosotros.

¡Dicen que un bicho lo mató! si eso sólo pasa en las películas, ¿Qué bicho será?

Si nunca vi ninguno. Esas personas que no conozco me lo confirman. Están ahí

sentaditos, fumando y tomando café mientras mi madre y mi hermana sufren y

lloran como nunca, es más, creo que mi madre ni los conoce. Pero claro, yo no

puedo preguntar porque recién lo voy a entender cuando sea más grande. Seguro

mi padre les pagó para que vean que en el velorio de él va mucha gente, es un

fenómeno mi viejo, no cambia más.

Pero… no puede haber tal conspiración cuando mi madre y mi hermana sufren

tanto. A mí vienen y me abrazan pero los saco rápido porque no me gustan las

escenas melosas, eso déjenlo para las mujeres, a mí no me vengan con

mariconeadas.

¿Tanto tardan en decir la verdad? Sinceramente todo esto me sorprende. No sé

por qué pero ahora empiezo a pensar en mi viejo, en las cosas que me enseñó, en

nuestras charlas. ¿Será qué todo este clima me lleva a entrar como un estúpido

en este juego? ¿Seré un inocente más? Que se yo, pero hay tanta gente que no

conozco, tanta gente que se nota que no lo conoce bien a mi viejo, que no llora, es

más, ni se acercan al cajón.

Ahora entra un tipo que dice que hay que llevarlo. Ahora es el momento, ahora

entra mi viejo y se caga de risa de todos, aunque el muy desgraciado se zarpó con

esta joda.

Dale pá, tenés que entrar ahora, sino no tiene gracia. Dale viejo, ¡aparecé!

-No mamá no voy a ningún lado, todos estos se están burlando de vos y de

Julieta. Papá ahora entra y te vas a dar cuenta que es una joda. Dale má creeme,

papá no se murió, debe estar por acá. Mirá a todos éstos que ni lo conocen, que

nunca estuvieron en casa y que nunca visitaron ni llamaron a papá cuando se

quedó todo ese tiempo en la cama, ¿Te das cuenta má?”-

La gente me miraba y algunos murmuraban en el oído de otros. Las miradas ya no

parecían actuadas y el pensamiento de una broma se me iba evaporando.


Me retiré abrazado a mi madre, seguido por docenas de personas que nunca

fueron capaces de preguntarle a mi viejo cómo estaba, cómo se sentía, personas

que solamente aparecieron ese día para destruir mis esperanzas. Para que yo los

recuerde con mucha bronca por burlarse de mí, por reírse delante de mi madre

que sufría como ningún otro. Pero sin poder decir absolutamente nada, esperando

crecer para poder, como dicen siempre, entenderlo cuando sea más grande.

Jorge Ezequiel Rodríguez

2 comentarios:

  1. jorge te felicito por el texto palabra de un hincha, realmente como te dije me hiciste volver a sentir lo que vivimos cada domingo, todo esto me hizo recordar una frase que escuche por ahi que decia mas o menos asi, "...ALGUNOS DICEN QUE EL FUTBOL NO TIENE NADA QUE VER CON LA VIDA, YO NO SE SI SABEN ALGO DE FUTBOL, PERO DE LA VIDA SEGURO QUE NO...". abrazo grande y espero que sigas con esta virtud que no muchos la tienen, las de escribir y expresar sus sentimientos mediante un papel.

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